jueves, 9 de octubre de 2008

Siempre hay un camino a la derecha...

Tras una agotadora y maratoniana jornada de trabajo, decidí probar una camino alternativo para volver a casa. ¿Y si en vez de bajar la calle, me pregunté, la subo? Seguro que hay una calle a la derecha que me lleve a casa. El problema es que no sólo no la había, sino que para variar, todo en está ciudad está en lo alto de una escalinata. Por lo menos el esfuerzo fue recompensado con unas vistas espectaculares de la ciudad bajo la lluvia (y por otro tramo de escaleras para bajar).

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