jueves, 2 de octubre de 2008

El kitsch como voluntad y representación

Durante dos semanas he tenido que pasar a diario por delante de esto:


Que, a parte de ser el regalo perfecto para una parejita, es lo más espantoso que he visto en mi vida. Lo más preocupante es que desde hace unos días no está en el escaparate. Hay alguien capaz de tener eso en el salón de su casa. Peor, hay alguien capaz de comprar ESO.

Dios, tengo miedo.

2 comentarios:

Tana dijo...

hola! acabo de llegar y ya me lo he leído todo... ya soy fan! nos puedes dar tu dirección postal ahora que ya estás instalado? besotes!

Anónimo dijo...

Que fuerte, que fuerte! Vamos Pablo, que freaky te has vuelto! Me ha fliplado, en cuanto pueda te copio la idea.