Tristram Shandy es una de mis novelas favoritas. Es la historia de alguien empeñado en contar su vida, del modo más meticuloso posible. Empieza por el momento de su concepción, y a partir de ahí empieza a tomar todos los desvios posibles. Poco a poco el lector comprende que el propósito de Tristram es imposible, pues a medida que avanza la escritura, esta no puede seguir el ritmo de lo vivido. Siempre habrá un desfase, cada vez mayor.
Visto el extraño proceso de actualizacion de este blog, por momentos me veia igual que Tristram, con una brecha cada vez mayor entre lo escrito y lo vivido. Así que creo que, una vez cerrado el proceso de búsqueda de vivienda, puedo centrarme más en el día a día. A fin de cuentas esto no deja de ser un diario, y aunque haya mucho que contar, no deja de ser extenuante sentarse al teclado para intentar recordar cosas que han pasado hace más de una semana. Así que empezaré a centrarme en las batallitas cotidianas, y escribir algún artículo de arquitectura (que he ido posponiendo ante la cantidad de cosas que había que contar).
Lo único que no falla nunca
Hace 11 años
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